miércoles, 23 de diciembre de 2009

más allá que acá

Cotidianeidad lavada y paisajes repetidos.
Siempre pensé que hacer catársis vía blog era un poco "patético". Pero educado en el prejuicio, entre otras yerbas, cuánto tiempo perdido en voces de otros. Aunque hablar por uno traiga distancias y propios desconocimientos.

Debe ser el fin de año y los tiempos de descuento.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Kazemir Malevich "Cuadrado blanco sobre fondo blanco" (1918)

nada.

un estado

¿Qué fines y propósitos de vida expresan los hombres en su propia conducta; qué esperan de la vida, qué pretenden alcanzar en ella?

Es difícil equivocar la respuesta: aspiran a la felicidad, quieren llegar a ser felices, no quieren dejar de serlo. Esta aspiración tiene dos fases: un fin positivo y otro negativo. Por un lado, evitar el dolor y el displacer; por el otro experimentar intensas sensaciones placenteras. En sentido estricto, el término “felicidad” sólo se aplica al segundo fin. De acuerdo con esta dualidad del objetivo perseguido, la actividad humana se despliega en dos sentidos, según trate de alcanzar – prevaleciente o exclusivamente – uno u otro de aquellos fines.

Lo que en el sentido más estricto se llama “felicidad”, surge de la satisfacción, casi siempre instantánea, de necesidades acumuladas que han alcanzado elevada tensión, y de acuerdo con esta índole sólo puede darse como fenómeno episódico. Toda persistencia de una situación anhelada por el principio del placer sólo proporciona una sensación de tibio bienestar, pues nuestra disposición no nos permite gozar intensamente sino el contraste, pero sólo en muy escasa medida lo estable. Así, nuestras facultades de felicidad están ya limitadas en principio por nuestra propia constitución. En cambio, nos es mucho menos difícil experimentar la desgracia.

Sigmund Freud

viernes, 4 de diciembre de 2009

martes, 24 de marzo de 2009