Desechamos todas las ideas anteriores para no encapricharnos con una cosa, trabarnos, perder tiempo y terminar haciendo algo con lo que ni nosotros estamos seguros. Así que tratamos de ver situaciones más cotidianas o que alguna vez hayamos vivido y a partir de ahí empezar a construir, sin tanta cosa subjetiva del personaje, sí con un punto de vista propio aplicado a lo que pasa, a lo que se ve (eso incluye personaje, acciones y espacio).
Situación I
Chica/o (a definir) terminando en su tablero de dibujo una entrega final, la noche anterior.
Lugar y clima: su escritorio (puede ser su pieza) en la oscuridad alumbrada por el foco de su velador de escritorio, con la incomodidad agobiante del desorden de papeles y objetos afines pero la prolijidad obsesiva que requiere ese trabajo.
Punto de vista: quisiéramos tratar de mostrarlo desde afuera, no comprometernos, mostrar lo que pasa lisa y llanamente: cómo es el lugar donde el personaje se dispone a trabajar, cómo son sus cosas, cómo es él. Pensamos en tomas fijas y algún paneo no en función de la acción, es decir que la acción transcurra naturalmente, sin seguir la acción del personaje.
Situación II
Personaje de sexo femenino (edad a definir) en el baño de su casa durante la madrugada tras una borrachera con un malestar notablemente visible.
Lugar, personaje: el lugar será un baño, aún no definimos qué tipo de baño, dependerá entre otras cosas del tipo de personaje: no será igual si el personaje es una adolescente que vive con sus padres y que trata de esconder que llegó en tales condiciones, que si se trata de una mujer joven que vive sola y no le importa nada, o si es una madre de familia que quiere dar una imagen a sus hijos y esa noche se le fue la mano. Somos conscientes que de elegir esta situación tenemos que definir urgente cuál de los tres personajes vamos a usar ya que condicionará el qué mostrar, cómo mostrarlo y su forma de actuar en esta situación.
Clima y punto de vista: si bien no definimos el personaje, sí sabemos el tratamiento que queremos darle. Queremos más cercanía con el sujeto que en la situación I, y cierta "desprolijidad" en los encuadres, con pequeñas elipisis (por decirlo de alguna manera) para mostrar lo que hace en el baño, es decir, si se enjuaga la boca, por ejemplo, no mostrar la continuidad de la acción en su totalidad, sino fragmentos de la misma (pequeños saltos) que se condicen con ese "mambo" que uno tiene en la cabeza cuando el alcohol pegó mal, y alternar este ritmo con alguna toma más abierta, fija y de mayor duración, que calme las aguas. Este tratamiento lo pensamos en base a como uno se siente en esas situaciones, que de repente se da vuelta todo, después calma y después vuelve a darse vuelta, etc.
Quizás no quede muy claro el tema del tratamiento, me es difícil explicar la imagen que nos hicimos de esta situación.
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