Esto pasó ya hace un par de años, pero lo recuerdo porque creo que hasta el momento nunca tuve un viaje tan incómodo y que se me hiciera tan largo.
Viajaba a Mar del Plata trás haber cambiado de fecha el pasaje para un día más tarde debido a un pequeño, pero molesto al fin, dolor muscular que me hizo ir al médico el día en que debería estar comenzando mis ¿merecidas? vacaciones.
Cuando cambié el pasaje me dieron la primer fila del piso de arriba frente al parabrisas, cosa que no me disgustó, nunca había viajado "mirando para adelante", en fin, no sabía que tendría sus contras...
Para empezar no funcionaba el aire acondicionado del micro, considerando que salí de capital al mediodía, me restaban varias horas arriba y el primer asiento recibía todo el sol, no era muy buena la noticia, pero en fin, sería cuestión de bancarselo, era un poco de calor nada más...
El malestar que me había hecho cambiar de día el pasaje seguía, y jamás encontré la posición justa para viajar cómodo y sin dolor, y cuando la encontraba era imposible mantenerla, era una especie de robot para dar una imagen..
A todo esto se sumó una amable señora con quien me tocó compartir el asiento.... todo bien, pero no era el día para hacer sociales, pero se ve que la señora tenía muchas ganas de hablar, porque no solo me daba charla a mí sino también a los de los asientos cercanos. Ya de por sí no soy muy sociable que digamos ni tampoco me interesaba escuchar su vida y mucho menos contarle la mía, sólo quería dormirme y llegar lo más rápido, pero la señora me ofrecía mate, comida que llevaba en su "heladerita", me contaba de sus hijos, sus nietos, qué iba a hacer a mar del plata, así que lo más amable que pude le seguí la charla y asentí con la cabeza... en fin, ella no tenía la culpa de que me sintiera mal, pero igual era bastante "pesada".
Para colmo nada de walkman, mucho menos mp3 que me desconectará, fue un viaje "pegajoso" por el calor, sintiéndome no de lo mejor, escuchando a una señora hablarme de su vida y con 2 hs de retrazo..
Un comentario final, fue la mujer la que se terminó durmiendo no mucho antes de llegar.
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